22.3.12

EL JUGUETE RABIOSO-INTRODUCCIÓN-1: BIOGRAFÍA

Algunos fragmentos de la biografía Roberto Arlt, su vida y su obra (Omar Borré, Planeta, Bs. As., 1999). Observen la relación con el personaje de Silvio Astier y lo narrado en la novela.














Piensen cómo expresar precisamente la relación: en qué aspectos/situaciones/personajes, etc. se manifiesta. "...el maestro de tercer grado, don Emilio Valessina, está convencido de que Arlt es un alumno realmente burro e incapaz de entender nada, piensa que se ha topado con un chico salvaje. A pesar de los esfuerzos de su madre, el jovencito, de muy mal carácter, es expulsado de la escuela. Emilio Valessina, un hombre severo, capaz de encauzar a cualquier alumno rebelde, decidirá sin embargo echarlo por mala conducta y pésimo sentido del respeto a sus mayores. No sólo lo considera distraído sino también un lector enfermizo, puesto que durante el desarrollo de sus clases, Arlt se aísla en la lectura de los libros de Emilio Salgari y Carolina Invernizzio. (...) Roberto sólo quería ser un pirata, un inventor, un bandolero: "yo no he estado bien en ninguna parte cuando chico", se aburría y lo echaban de todas partes. "No, no he sido un burro, simplemente estaba enamorado de una chica del barrio, a quien deseaba raptar y llevarla a bordo de un barco pirata...". Entre lápices y viajes por alta mar, ensaya, meticulosamente, las respuestas con las que iniciará su defensa ante los maestros. -¿Qué palabras son éstas?- gritaba Valessina en medio del aula. El joven Roberto Arlt repetía palabras complicadas y arcaicas robadas del diccionario al que consultaba obsesivamente. Parecía un anacrónico Quijote de nueve años. (...) Ekhaterine -la madre- se cansaba de argumentar incongruencias a fin de evitar que lo echaran mientras murmuraba sin cesar "el padre lo va a matar" (...) Las palizas y los prolongados silencios se transformaron en un símbolo del padre. Roberto no recordaba un beso de su padre ni que alguna vez lo hubiese esperado en la puerta de la escuela. Por el contrario, lo humillaba continuamente gritándole (...). En castigo por la expulsión, Karl - el padre- no le dirigió la palabra al niño durante tres años. "Tal vez", dirá Ekhaterine, "éste sea el motivo de las cosas tan tristes que escribió Roberto". Los uniformes, la traición y el idioma alemán estuvieron casi siempre presentes en todo lo que escribió casi como una imagen de su padre. Recordaba la forma en que Karl había desertado del ejército prusiano y la condena, eterna, de no poder volver a la patria. ¿Cuál era la patria? se preguntó varias veces el joven Roberto. La traición estaba arraigada en el sentimiento familiar pero un sólido pacto de silencio impedía hablar de ella. Aunque semejante reserva se rompió en 1926, cuando se publicó su primera novela, El juguete rabioso. En ella, el tema del traidor organiza la obra. (...) A pesar de que el escritor con frecuencia insistía en señalar que detestaba el alemán y no lo entendía, algunos amigos que frecuentaron la casa de los Arlt pudieron confirmar que el escritor respondía en español a cualquier indicación hecha en alemán por su padre. Otra suerte tuvo Arlt con el italiano, que era la lengua de su madre y que contaminó su sintaxis y su vocabulario. Pero hay, aún, otro idioma, un tercer lenguaje, que es el de Buenos Aires, el idioma al que se enfrentaron sus padres y que a él le otorgó una gran libertad de expresión; no tenía miedo de hablarlo, o de modificarlo, o de inventarlo. ---------------------------------------- El pequeño Arlt descubre en las inmediaciones de la Plaza Pueyrredón en Flores dos famosas librerías: la de los hermanos Pellerano y la de José Prata. En ellas, más que libros, Roberto intercambia amigos y buena conversación. La librería de los Pellerano es el lugar donde compra folletines y muestra sin temor todo lo que escribe: cartas, ensayos, cuentos y poemas. (...) Además, en ese entonces, Arlt proclama a viva voz su primer amor, la chica del barrio: "Pecosa y bizca pero yo la creía más hermosa que la luna, por eso le escribí una carta:- Señorita, escapémonos al mar. Vestido de terciopelo negro, la voy a llevar a mi barco pirata. Juro por el cadáver de mi padre ahorcado que la amo. Suyo hasta la muerte, Roberto Godofredo, Caballero de Ventimiglia, Señor de la Rocabruna, capitán del ballenero El Taciturno.. ---------------------------------------- La búsqueda de trabajo se había vuelto en 1916 una verdadera odisea. Roberto continúa haciendo trabajos temporarios(...) No dudaba de que el mundo lo recordaría como uno de los más grandes inventores. Karl Arlt, su padre, vuelve a quedar sin empleo y se inscribe en una lista como obrero para levantar la cosecha de yerba mate en la provincia de Misiones. Como resultado, la familia queda en la indigencia pero sobrevive imaginando un regreso triunfal (...) Ekhaterine obtiene una carta de recomendación para su hijo (...) que éste presentó en una librería de Lavalle al 900 cuyos dueños, don Caetano y su esposa, se convertirían en arquetipos de su primera novela. El sueldo era miserable pero incluía comida y cama. Tenía que vender libros viejos, acomodarlos, limpiar el local, barrer, hacer compras y cualquier otra cosa que se les ocurriera a don Caetano y a su esposa. Roberto aceptó el trabajo, le gustaba la idea de estar entre libros y ver pasar muchas chicas lindas por la vereda de Lavalle. --------------------------------------


















------------- De una carta a su hermana Lila, hablando de lo deteriorado que está su matrimonio con Carmen Antinucci, con quien se había casado en 1921, sin saber que era tuberculosa ya que la familia se lo había ocultado para lograr casarla: "Ella permanece impasible leyendo un libro que a mí me hace llorar a gritos. Qué querés. Somos dos sensibilidades distintas. Dos vidas distintas. El único punto de contacto es el instinto, satisfecho éste (sería más cómodo ir a un prostíbulo) no queda entre nosotros sino frialdad y desgano. Qué querés que hagamos juntos, decime. Estoy en un momento de mi vida en que tendré dinero y tengo experiencia para ensayar otra vida. Si ese ensayo fracasa, tengo energías, talento y fuerza para separarme de lo que no me concierne. Pero ahora sé que lo que no me conviene es esa mujer. (...) lo único que sé es que la casa Antinucci y la casa Arlt han sido las peores que me han sido dadas conocer en mi vida. Nuestra madre una egoísta, nuestro padre un egoísta, qué querés. Qué decirte de la casa Antinucci. Eso es peor. No quisiera hablar todas estas cosas con vos, porque bien te quiero, más de lo que tú puedas creerte, lo único que puedo decirte es esto: no hay un solo crítico de mi libro que no haya escrito "lo grande de ese libro es el dolor de Erdosain" (se refiere a Los siete locos). Pensá que yo puedo ser Erdosain, pensá que ese dolor no se inventa ni tampoco es literatura, ese dolor es el que he llevado al lado de esa mujer en ocho años de condenación. Ocho años de angustia...cómo quererla si ella no tuvo lástima de mí. Quiso que fuera hasta aprendiz de almacenero para salvar su maldita plata. ¿Por qué no se casó con un tendero en vez de casarse con un escritor? (...) Necesito escribir mucho para desahogarme. He llorado hasta por las calles al pensar en el desastre que era mi vida cuando todos los acontecimientos exteriores sólo debían proporcionarme felicidad, orgullo, alegría. Soy el mejor escritor de mi generación y el más desdichado. Quizás por eso seré el mejor escritor." ---------------------------------------------------- Roberto tenía por Elías Castelnuovo (del grupo de Boedo) un gran afecto y una profunda admiración. Le interesaba la predisposición afectiva y creadora que refleja en sus novelas, y si había sentido la necesidad de mostrarle a él estos originales (El juguete...) era porque realmente le transmitía una profunda confianza. Un mes después, Elías Castelnuovo citó a Roberto ARlt en la redacción de Claridad para darle su opinión acerca de la novela: -Vea, Arlt, su libro no es publicable. En 1969, Castelnuovo recordará el episodio con cierta melancolía: "En realidad, mientras estuve a cargo de esa colección, Los nuevos, no esperaba que los escritores noveles vinieran a buscarme. Los iba a buscar yo. Así sucedió con Arlt, mediante la invitación cursada a través de Nicolás Olivari, que lo conocía. El libro que me trajo, pese a su fuerza temperamental, ofrecía innumerables fallas de diversa índole, empezando por la ortografía, siguiendo por la redacción y terminando por la unidad y coherencia del texto. Le señalé hasta doce palabras de una sinuosidad insultante..."Tiene que trabajar más. La presentación, las formas sintácticas, no se ajustan a la idea que tiene esta colección." Roberto quedó paralizado, tomó el original y se marchó furioso. (...) Su amigo, el poeta Conrado Nalé Roxlo era muy buen amigo de Ricardo Güiraldes y deseaba profundamente que Arlt lo conociera. (...) El joven Arlt estaba convencido de que su novela debía ser leída por una mente abierta a los cambios, de manera que en un primer momento el acercamiento a Güiraldes le resultó dudoso. Una tarde de 1925, los dos amigos se encaminaron hacia el departamento del autor de Don Segundo Sombra, en la Avenida Diagonal Norte. Güiraldes los recibió amistosamente (...) la personalidad inquieta y juvenil de Arlt despertó todo el interés de Güiraldes. -Yo escribí una novela y me gustaría leérsela. -Pero con muchísimo gusto, ¿por qué no se viene el jueves a esta hora y nos sentamos a tomar un café? Al siguiente jueves, Roberto estaba de pie en la puerta del departamento de don Ricardo y minutos después empezó a leer. Arlt miraba de reojo y no encontraba complicidad posible; una vez leídas las dos primeras páginas levantó la vista y miró a Adelina del Carril, esposa de Güiraldes, que en el fondo de la sala acomodaba un jarrón. La mujer comprendió inmediatamente la interrupción, hizo una ligera inclinación de cabeza y salió del cuarto. Arlt terminó de leer, acomodó los papeles y esperó algunas palabras de este hombre de campo, amable y sobrio: -Es una muy buena novela, me gustaría poder publicarla en Proa (del grupo Florida) -Naturalmente, respondió Roberto. Güiraldes, con los originales de la novela en su escritorio, leyó algunas páginas, retrocedió, retomó un fragmento y finalmente le comentó a Roberto: -Creo firmemente que usted debería modificar el título de su novela(...) fíjese, La vida puerca es un nombre demasiado escéptico, a mí me parece que podría usted colocarle el nombre de El juguete rabioso, que en definitiva es como La vida puerca pero le otorga un poco más de brillo. No es lo mismo una vida desdichada desde el principio que un juguete, como es la vida, a la manera de Calderón de la Barca, y además, rabioso y enojado. (...) Por desgracia, Proa se mostró reacia por problemas económicos pero le ofrecieron la novela para que publicara dos capítulos, entre ellos, uno que no formó finalmente parte de la novela, "El poeta parroquial". Finalmente, Güiraldes le recomienda que se presente al concurso que promovía la Editorial Latina, en el que gana el primer premio. Arlt incluyó en el libro una dedicatoria: "Todo aquel que pueda estar junto a usted sentirá la imperiosa necesidad de quererlo. Y le agasajarán a usted y a falta de algo más hermoso le ofrecerán palabras. Por eso yo le dedico este libro." Roberto había pasado el día en la imprenta esperando ver El juguete rabioso, faltaba solamente el pegado de las tapas. Apenas tuvo un par de ejemplares en la mano, quiso que Güiraldes tuviera un ejemplar, el primero que saliera de la imprenta. Así fue como salió casi corriendo rumbo a la casa del maestro y le dio la novela. Aquel supuesto dandy de Areco se emocionó al leer la dedicatoria impresa en el libro, a la que Arlt había agregado de puño y letra: "Quisiera profundamente brindarle algo más que estas líneas porque yo he aprendido de usted una gran lección de vida. Roberto Arlt." ------------------------------------------------- Acerca del idioma, una preocupación constante para la intelectualidad argentina en relación con la constante afluencia de inmigrantes de variadas lenguas: "Los pueblos bestias se perpetúan en su idioma, no teniendo ideas nuevas o giros extraños; pero en cambio, los pueblos que como el nuestro están en una constante evolución, sacan palabras de todos los ángulos, palabras que indignan a los profesores, como lo indigna a un profesor de boxeo europeo el hecho inconcebible de que un muchacho que boxea mal le rompa el alma a un alumno suyo que técnicamente es un perfecto pugilista."

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